Esta ruta de 21 km de recorrido, transcurre por uno de los caminos más singulares del término municipal. Esculpido en la roca norte del término en la época íbera, hace más de 2000 años, servía de acceso a los valles interiores del río Vinalopó, aunque seguramente también se utilizó durante la extracción y el transporte de piedra de las canteras de la zona.
El recorrido, nos muestra todo tipo de recursos existentes utilizados en nuestra comarca desde hace siglos para captar y aprovechar las escasas lluvias: fuentes, minas, laderas, aljibes, azudes, acueductos…
La fauna es abundante: anfibios como el sapo común, reptiles como el lagarto ocelado, mamíferos como liebres, conejos, jabalíes y zorros, y aves como el abejaruco, la collalba negra y el cernícalo, logran reproducirse en la zona.
El lecho de ambos barrancos es también el hábitat de una variada flora, con arbustos como el espino negro, el lentisco o el palmito, especies que se combinan con otras muy apreciadas aquí por sus propiedades medicinales: raboigat, tomillo, cantahueso, etc.