Subiéndose a una palmera con 76 años. Así ha celebrado un veterano palmerero, Francisco Serrano Valero, Paco Sopascures, la declaración, el 30 de noviembre de 2000, del palmeral histórico ilicitano como Patrimonio de la Humanidad. En sus manos, una placa de homenaje a él mismo y a todos sus compañeros de oficio.

El reconocimiento de la Unesco recordaba que, además de ser el mayor palmeral de Europa, con más de 200.000 ejemplares, en Elche se mantiene viva la explotación agrícola tradicional, la producción de palma blanca y el sistema de riego diseñado por los musulmanes.

El acto de homenaje a los palmereros ha tenido lugar esta mañana en el huerto de San Plácido, donde se ubica, en una casa tradicional del siglo XIX, el Museo y Centro de Interpretación del Palmeral. Además de este reconocimiento, la ciudad rinde tributo a este colectivo con una calle, Els Palmerers, así como una escultura, Homenatje al datiler, obra de José Díaz Azorín, ubicada en las proximidades del céntrico museo del Palmeral.

En Elche hay cerca de un centenar de palmereros, 45 de los cuales están agrupados en la Asociación de Palmereros, colectivo que ha celebrado especialmente el reciente reconocimiento del Ministerio de Industria y Trabajo que, por fin, les permite aparecer en el listado de oficios. “El paso siguiente”, dice Miguel Ángel Sánchez presidente de la asociación, “es regular el oficio y darle contenido: medidas de seguridad, protocolo de trabajo, edad de jubilación y categoría profesional, entre otros aspecto”.

En España hay entre 200 y 250 personas que, especialmente en la cuenca mediterránea, ejercen este oficio.